Daruma SUERTE Rojo tradicional 18 cm

“Daruma, Daruma: hago un propósito y te pinto un ojo. Cuando lo haya cumplido, te pintaré el otro.”
En Japón los estudiantes de todas las edades recurren al Daruma turquesa con la finalidad de tener éxito en sus exámenes. También se puede utilizar para todo tipo de retos personales.
¿Qué es un Daruma?
Daruma es el Muñeco de los Propósitos, un amuleto japonés de la buena suerte. Hecho con papel maché, es una representación del monje Bodhidharma, fundador del budismo zen. Dice la leyenda que este alcanzó la iluminación después de meditar en una cueva durante 9 años pero que se le cayeron los brazos y piernas por atrofia. De allí la forma peculiar de Daruma.
Cómo utilizar un Daruma
Elegimos un propósito y le pintamos un ojo a Daruma. Cuando lo consigamos, le pintaremos el otro ojo en señal de gratitud. A modo de aprendizaje, apuntaremos la manera cómo hemos logrado nuestro objetivo, sintiendo en ese momento una gran satisfacción personal.
Sobre el espíritu de Daruma
Su figura nos sirve para recordar que, con determinación y perseverancia, conseguiremos el propósito que nos hayamos marcado. En este sentido, es muy importante que escojamos un objetivo específico y que sea alcanzable. No se trata de comprar un Daruma para luego esperar a que se cumpla nuestro deseo por arte de magia: Daruma nos motiva para trabajar duro y esforzarnos. Para los japoneses, cualquier ocasión es buena para regalar un Daruma: eso sí, hay fechas muy simbólicas como los cumpleaños y el Año Nuevo.
Quema de Darumas
En Japón, el Daruma dura un año -se haya conseguido el objetivo o no- y cada 18 de enero se queman miles de figuritas usadas en los templos. Allí donde estés, aprovecha tu fiesta favorita, Navidad, San Juan... para realizar este ritual. Después podrás elegir otros Darumas para tus nuevas metas.

Este Daruma fue diseñado en Japón y fabricado en Vietnam con papel reciclado de Japón.

Desde 1989 La Mar de Bonita distribuye en Europa y más allá productos de las tradiciones espirituales de todo el mundo. Desde la meditación Zen al budismo tibetano o a la salvia y palo santo de los nativos americanos.

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Además, nos sentimos cómodos relacionándonos con personas de todo el mundo. Somos internacionalistas, somos humanistas y creemos en el entendimiento de las personas y las culturas. El camino de cada ser humano es único y todos aspiramos a lo mismo: alcanzar la felicidad y la paz interior.

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